Encajes, madera, flores naturales, muebles vintage, rocaille, antigüedades...la artista Robin Brown ha convertido su casa de invitados de su rancho de Texas en un cuento de hadas victoriano.

Ultrafemenino y con aires de romántico cottage, cada rincón esconde un pequeño tesoro. Aunque la sobreexposición de decoración nos puede crear sensación de horror vacui.

Nos fascina su dormitorio y baño de invitados decorado con flores de temporada, los textiles y muebles vintage recuperados y la lámpara con flecos de seda.

En la cocina predomina la máxima de las segundas oportunidades, a través de la recuperación de antiguos muebles y electrodomésticos, que cómo ocurre en el resto de la casa, se combina con encajes y flores. ¿Un pequeño secreto? La vieja nevera fue repintada en un taller de chapa y pintura de automóviles.

















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